viernes, 5 de febrero de 2010

CISMA DE ORIENTE


El Cisma de Oriente.

Por Jesús Simón Pardo:Germen de la Ruptura:Cuando el año 330 el Emperador Constantino convirtió a la antigua Bizancio en la nueva capital del Imperio Romano de Oriente, concediéndole su propio nombre, quiso el Patriarca allí residente emular en lo eclesiástico las prerrogativas adquiridas por la primera autoridad civil de su ciudad, pese a no tratarse de una sede de origen apostólico. En el primer Concilio celebrado en Constantinopla el año 381, segundo de los ecuménicos, logró introducir un canon por el que se le reconocía la máxima autoridad en la Iglesia universal, después del Papa u Obispo de Roma. Siempre, desde los inicios, y sin que nadie hubiese puesto en duda, ni teórica ni práctica, la primacía de la Iglesia Romana sobre la Iglesia Universal -como patentizan las Cartas de S. Clemente Romano y S. Ignacio de Antioquía, los escritos de S. Ireneo y la actitud, poco diplomática pero por nadie contestada, del Papa S. Victor-, existieron diferencias notables entre las iglesias asentadas en Oriente u Occidente, tanto desde el punto de vista litúrgico como pastoral. Las disensiones surgieron fundamentalmente por el afán de Constantinopla y sus Patriarcas de heredar en el orden religioso, como había ocurrido en el político, el lugar preeminente que había ocupado Roma antes del hundimiento del imperio romano occidental y de la postura, no siempre respetuosa, de algunos legados papales hacia sus legitimas diferencias. Ya en el último tercio del siglo V apareció el problema con el llamado Cisma de Acacio. Era éste Patriarca de Constantinopla cuando recibió una comunicación del Papa Félix III, en la primavera del año 484, conminándole a abandonar la herejía monofisita, que había sido condenada en el Concilio de Calcedonia, bajo la pena de excomunión y deposición. Reaccionó éste borrando del canon el nombre del Papa y rompiendo sus relaciones con Roma. Los Patriarcas de Alejandría y Antioquía siguieron su ejemplo y se ajustaron a su voluntad. La ascensión al trono del emperador Justino I, el año 518, acabó con un cisma que había durado treinta y cuatro años.


Cisma de Focio:


Mayor envergadura e importancia tuvieron los acontecimientos de mediado el siglo IX con el llamado Cisma de Focio. Regía la sede romana el Papa Nicolás I (858-867) y era Patriarca de Constantinopla el obispo Ignacio, elegido para tal por los monjes el 4 de julio del año 847. Era un hombre muy piadoso, abad de uno de los innumerables monasterios existentes en la ciudad, de pocas luces y, por ello, obstinado en sus decisiones. En la fiesta de Epifanía del año 857 negó publicamente la Sagrada Comunión a un tío del Emperador Miguel III que vivía licenciosamente con su propia nuera. Ello motivó su deposición y destierro el día 23 de noviembre del 858, acusado de haber traicionado la confianza del Emperador. Nombró éste como nuevo Patriarca a un miembro de la Corte imperial, laico, oficial mayor de su guardia, llamado Focio, hombre culto y erudito, que en cinco días recibió todas las órdenes sagradas de manos de un obispo poco amigo del depuesto Patriarca. Quiso Focio recibir la confirmación del Papa Nicolás I, persona muy enérgica, muy consciente de su rango primacial, dispuesto a hacer valer su autoridad en Oriente y Occidente, conocedor del caso por los informes que le habla enviado el depuesto Ignacio, que envió a Constantinopla a sus legados con instrucciones muy concretas y facultades muy precisas. Parece que no se ajustaron éstos a los poderes recibidos y, en vez de deponer a Focio y restituir a Ignacio como indicaban sus instrucciones, se dejaron ganar por los alegatos del intruso, al que confirmaron como Patriarca de Constantinopla en un Sínodo habido en la ciudad el año 861. Conocedor el Pontífice de la deslealtad de sus legados, les excomulgó, pena que hizo extensiva al emperador y al patriarca. Ello originó la ruptura de éstos con el Papa y el rechazo de la primacía papal, a lo que añadieron la excomunión y deposición del mismo Papa por parte del ilegítimo Patriarca. Ciertamente no fueron muchos los años que duró el Cisma de Focio, del 858 al 867, pues al ser derrocado el Emperador Miguel III por el macedonio Basilio I, fue depuesto y restituido en su sede el legitimo Patriarca Ignacio.

jueves, 4 de febrero de 2010

EDAD MODERNA

EDAD MODERNA Y CONTEMPORANEA

UNA NUEVA ERA


Descubrimiento de América; circunvalación de la tierra; vuelta a la antigüedad clásica de Grecia y Roma; el hombre el centro de todo... es el Renacimiento.


REFORMA PROTESTANTE



MARTIN LUTERO:


fundador de la doctrina protestante, nació en Alemania...

Siempre experimentó angustia ante el pensamiento de la muerte, del juicio de Dios y de la s

alvación. Sus ideas a cerca de la libertad humana y del pecado, de la interpretación de la Biblia y de otras cuestiones teológicas entraron en pugna con la doctrina tradicional católica.


LEON X:

promulgó una bula sobre las indulgencias para obtener limosnas para la construcción de la basílica de san Pedro de Roma. Lutero protesta, con razón.


El protestantismo se extendió rápidamente por cuestiones políticas, con la ayuda de Zwuinglio y Calvino. Además se producirá pronto la ruptura de Enrique VIII...


ALGUNAS COSAS QUE ENSEÑO EL PROTESTANTISMO


  • El pecado original ha corrompido totalmente al ser humano (Sólo la Gracia).
  • La salvación nos viene sólo por la fe (Sólo la Fe).
  • La Sagrada Escritura es la única fuente de la revelación divina (Sólo la Escritura).
  • En la relación con Dios no hay necesidad de mediación, ni la Iglesia, ni la jerarquía, ni la Virgen, ni los santos. Propiamente sólo admite el Bautismo como sacramento.


CONCILIO DE TRENTO


A la reforma de Lutero siguió la contrarreforma de la Iglesia. El Concilio de Trento duró 27 años (1.537 – 1.564); se celebró en tres periodos. Se profundizó en la doctrina católica, aclaró y definió dogmas que había negado el protestantismo. Con el tiempo se hizo un catecismo, algo parecido ha pasado con el Concilio Vaticano II. Se reformó la vida de la Iglesia: se instituyeron Seminarios para la formación de los sacerdotes, se pusieron normas para la celebración de los sacramentos

... Fue un impulso para la Iglesia.



VIDA CRISTIANA




Ordenes religiosas: Carmelitas

(Santa Teresa de Jesús, 1562), Compañía de

Jesús (San Ig

nacio de Loyola, 1537), Capuchinos (1525), Hermanos de San Juan de Dios (1550), Escolapios (San José de Calasanz, 1597). Desarrollo de las ciencias: filosofía y teología (universidades de Salamanca y Alcalá), que coi

ncide con la edad de oro de la Literatura española. Evangelización de América (tan criticada hoy en día), de Filipinas, China y Japón (San Francisco Javier).





LA ILUSTRACION Y REVOLUCION FRANCESA



La Revolución Francesa (1789) marca el inicio de

la Edad Contemporánea. Su caldo de cultivo fue la Ilustración. La Ilustración es un movimiento filosófico y cultural que se extendió por Europa durante el siglo XVIII; valoraba por encima de todo el papel de la razón. Los ilustrados presentaban a la Iglesia como el principal exponente del “oscurantismo medieval y cerril”. Esto produjo una reacción contra la monarquía y la Iglesia, la revolución francesa, que supuso una de las persecuciones más duras y sangrientas de la historia. En Francia se suprimieron todas las órdenes religiosas y se persiguió al clero; en 1793 fue abolida la religión católica y la “diosa razón” fue entronizada en la catedral de Notre Dame de París.




HEREJIAS DE LA MODERNIDAD


El Racionalismo exalta la razón en detrimento de la fe. “La razón humana es el árbitro del bien y del mal”. “La fe cristiana daña la perfección del hombre”. “Jesucristo es una ficción mítica”. Pío IX lo condena en 1864 con el “Syllabus”.

El Modernismo

es un movimiento teológico que exalta la razón. “La religión es una simple experiencia subjetiva”. “Jesucristo no es Dios, sólo un hombre extraordinario”. “Cristo no instituyó la Iglesia”. Pío X lo condenó en 1909 con la encíclica “Pascendi”.




Carlos Marx

El Marxismo, fundado por Carlos Marx, es una concepción materialista del mundo y del hombre. “Dios no existe y la religión es el opio del pueblo”. La religión cristiana es un “producto” del sistema capitalista, que tiene como finalidad consolar al proletariado con la promesa del cielo; consuelo que le impide comprometerse en la transformación de la historia.



IGLESIA SIGLO XX



Los grandes Papas del siglo XX, desde León XIII a Juan Pablo II. Su autoridad religiosa y moral es reconocida por las principales instituciones sociales de nuestro tiempo. Hay una constante en ellos, que es ofrecer los valores éticos cristianos para frenar la secularización de la cultura.